Con los recientes brotes de COVID-19, la transmisión del coronavirus por el aire en forma de aerosoles se ha convertido en un tema prioritario de discusión.

Se supone que, además del cumplimiento estricto de las medidas conocidas como mantener la distancia social y cubrir tanto nariz como boca, el riesgo de transmisión se reduce considerablemente con una ventilación natural o mecánica adecuada.

Para apoyar a las empresas, la BGN ha publicado dos guías de buenas prácticas con recomendaciones para una ventilación correcta de las zonas de trabajo.

Una de las orientaciones preventivas está especialmente adaptada a las necesidades del sector de la hostelería/restauración. Allí es posible, y debería ser posible, trabajar con un aporte suficiente de aire fresco exterior.

La otra está dirigida a las empresas de la industria agroalimentaria. Precisamente allí, la mayoría de los sectores de trabajo ya tenían requerimientos especiales en materia de ventilación incluso en ausencia de brote pandémico y ahora se han añadido otras. El objetivo principal de éstas es reemplazar rápidamente el aire que puede estar contaminado con el virus por aire fresco del exterior. En principio, debe evitarse en la medida de lo posible la recirculación del aire para prevenir la propagación del virus de la COVID-19 en las zonas de trabajo. Actualmente se están examinando los procedimientos comunes utilizados en la esterilización del aire circulante (filtros HEPA, desinfección UVC, etc.) con el objetivo de evaluar el beneficio real para la situación especial actual.

Para más información: https://www.bgn.de/corona/handlungshilfen-fuer-betriebe/